En Angola, encontré personas que iban a morir en ese lugar pero que estaban llenas de alegría y sabían el significado de sus vidas. Descubrí que tenían una paz que no encontré entre muchos en el mundo libre. Estos hombres estaban en prisión físicamente, pero libres en espíritu. Descubrí que los prisioneros reales son aquellos que están espiritual y físicamente en cautiverio, no tras las rejas de una prisión, sino en la sociedad. Unos se imaginaria que los presos en Angola se están suicidando en grandes cantidades, pero no es así. Se mueren, pero se mueren por irse a casa.